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Un consejo a tiempo
Por The Great One
Durante mucho tiempo escuchó como esta aumentando la criminalidad en nuestro país y como las drogas se han hecho cargo de las calles obligando a los ciudadanos a refugiarse en sus casas. Recientemente recibí un correo de un amigo titulado «Como criar un delincuente», y me puse a pensar que nuestra sociedad ha sido el resultado se lo que esta contenido en este texto que comparto a continuación:
«Decálogo para formar un delincuente»
El popular juez de menores de Granada, Emilio Calatayud, conocido por sus sentencias educativas y orientadoras, ha publicado un libro: “Reflexiones de un juez de menores” (editorial Dauro), en el que inserta un ‘Decálogo para formar un delincuente’. Es muy interesante, y dice así:
1-Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.
2-No se preocupe por su educación ética o espiritual. Espere a que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente.
3-Cuando diga palabrotas, ríaselas. Esto lo animará a hacer cosas más graciosas.
4-No le regañe ni le diga que está mal algo de lo que hace. Podría crearle complejos de culpabilidad.
5-Recoja todo lo que él deja tirado: libros, zapatos, ropa, juguetes. Así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.
6-Déjele leer todo lo que caiga en sus manos. Cuide de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero no de que su mente se llene de basura.
7-Riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así a él no le dolerá demasiado el día en que la familia, quizá por su propia conducta, quede destrozada para siempre.
8-Déle todo el dinero que quiera gastar. No vaya a sospechar que para disponer del mismo es necesario trabajar.
9-Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. El sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones.
10-Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores y vecinos. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarlo.
“Y cuando su hijo sea ya un delincuente, proclamad que nunca pudisteis hacer nada por él”.
¿Somos culpables de nuestro propio mal? Revisemos la educación y el ejemplo que le damos a nuestros hijos antes que sea muy tarde.