OpinanDO
Siempre conectados pero terminamos aislados por los medios virtuales
En los días actuales, todo está al alcance de la mano en los diferentes modelos de dispositivos móviles, smartphones, tablets, computadoras o en las grandes pantallas de televisiones smarts.
La comunicación en línea está ganando espacio, las redes sociales consumen tiempo con la excusa de que conectan a las personas. Las compras o consultas sobre productos migran hacia los medios virtuales y, a pesar de los riesgos, hasta las informaciones sobre síntomas y enfermedades se buscan en Internet.
Todos parecen estar cerca, pero se terminan alejando; parecen estar conectados, pero terminan aislados. Claro que hay momentos en los que los medios virtuales son una alternativa posible y útil.
Pero nos llega la siguiente pregunta: ¿Será que la sustitución de la iglesia real por la virtual sucede sin perjuicios?. La frase del pequeño niño sorprendió a sus padres, quienes recién se habían sentado cómodamente en el sofá. Era sábado por la mañana y la familia había decidido quedarse en casa, dormir un poco más y ver un sermón por Internet. . «Padre, ahora no necesitamos ir más a la iglesia. Aquí en casa estamos mucho mejor».
Esta opción pudiera ser beneficiosa, en el caso de personas enfermas o ancianas que no pueden desplazarse hasta la iglesia y reciben el mensaje en casa; o como aquellas personas sinceras que desean conocer la Palabra de Dios, y solo pueden ser alcanzadas de esta forma. Sin embargo cabe la siguiente interrogante sobre la adoración virtual ¿es una bendición para aquellos que pueden estar tranquilamente en la iglesia, pero prefieren quedarse en casa? (Fuente / Matutina para Adultos – Nuestra Esperanza)
Es importante recordar que el centro de la adoración está en el Señor y no en nosotros. Cuando los papeles se invierten, y se hacen elecciones basadas en los intereses personales, el enemigo triunfa en sus intentos de poner a la criatura en lugar del Creador.
Por más que el mensaje sea presentado por un gran predicador, con la Biblia en mano, es necesario recordar que la adoración no es solo un contenido, sino también una experiencia, y esta no sucede solamente en virtud de una buena predicación, sino que tiene relación directa con el pueblo de Dios y la presencia divina en una reunión de adoración. Una brasa lejos del fuego rápidamente se vuelve carbón.
Cuando fortalecemos la adoración real y no la sustituimos por la iglesia virtual, obtenemos claros beneficios. Por eso, sigue este consejo bíblico, que tiene una aplicación especial en el tiempo en que vivimos: «No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre» (Heb.10:25). No sustituyas a la iglesia real por la iglesia virtual.
Pero estás a tiempo de cambiar, puedes usar la tecnología, pero recomendamos poner un horario al día, deja de gastar tiempo viendo que hacen otras personas y enfócate en los tuyos. Que no importen más que los muertos en la noticia o suceso más reciente. Valora lo que dijo tu pareja, o lo que tu hijo expresó de algo que vió o hizo. Haz una pausa, deja el celular y el televisor para hablar con quienes aprecias. La Biblia dice: “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora» (Eclesiastés 3:1-8)
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