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«Macondo en Santo Domingo»: imágenes reveladoras en un catálogo artístico
Hay catálogos de arte para todo, incluyendo con aquellos que tienen una misión imposible de abarcar lo inabarcable, como al efecto es «Macondo en Santo Domingo».
¿Es el catálogo de una exposición o pieza de apoyo? O quizás la muestra de un artista o asumir una misión inesperada: describir, en detalle, los aspectos no proclamados de esa obra, detallar sus procesos, ¿aportar información crucial no esperada?
Con una formidable aventura editorial que, a diferencia de los usualmente publicados para apoyar una exposición, el Catálogo Macondo en Santo Domingo, opera en sentido suplementario al llevar al lector, una trascendencia estética que no se percibe cuando se convoca el título que le da nombre y sentido.
Este catálogo, que se inscribe como un libro de arte, documento a tiempo con todos los perfiles que demanda una publicación especializada, proyecta su concepto y esencia.
La publicación es generosa en detalles no establecidos, en análisis necesarios y oportunos y en su generosa administración de justicia a una obra que llegó a un punto inadvertido: a reproducir un modo de concebir realidad y magia del Macondo. Esta publicación llega para mostrar lo que no da tiempo a ver cuándo solo se tienen, por delante, cuadros y objetos macondianos.
De eso se trata, de lograr, con la sola edición de un catálogo, representar la complejidad y exigencia del multi proyecto planteado, era como intentar lo materialmente imposible. Nunca antes se había intentado un ejercicio artístico, intelectual tan complejo, detallista y demandante.
Con Macondo en Santo Domingo se pretendía, y se ha logrado, el más inédito homenaje al escritor colombiano, transformar la capital dominicana en un ámbito del pensamiento en torno a lo garciamarquiano.
Ya queda a exposición hasta el 19 de diciembre, en la sala Ada Balcácer, del Centro Cultural Banreservas, pero una vez que concluya, solo quedarán los registros mediáticos (video, fotos, algún documental que alguien debería rodar y este catálogo, como pieza fundamental).
Lo iconográfico
Impresiona de esta publicación la excelencia de la imagen alcanzada tras La labor de diseño de este catálogo, a cargo de Samanta Sánchez Franco, y quien se apoya en las imágenes de Mariano Hernández, captando una perspectiva de Cestero que se aparte de los retratos comunes del artista.
Ese y no otro el valor de este catálogo, que además tiene logros especiales en su documentación iconográfica, incluyendo la publicación de las mejores fotografías del maestro en su taller, producto del talento de un Mariano Hernández, que, tanto a blanco y negro, como a color, nos deja con la respiración suspendida al mostrarnos la fuerza, la persistencia y la luz que radica en un ser humano llamado José Céstero.
Tanto en blanco y negro, en cuyo marco congela con dramatismo una de las mejores imágenes del pintor zurdo, en la ejecución de su obra, así como el retrato a color, al procurar el ángulo preciso y sobre todo el tono de la luz adecuado.
El recorrido visual de esta publicación de arte, desborda la necesidad del lector de conocer la esencia de lo referido, porque logra presentar los márgenes no referenciales y da la idea de su expresividad sin precedentes en un proceso que tomó todo su tiempo desde 2007.
Cuadros, enmarcados en ese sub fondo amarillo, en esos trazos que, siendo inciertos, tienen la firmeza para indicar personajes y ambientes; fotos con una limpieza y perfección que debieron ser parte de los ítems gráficos de promoción de esta gesta, incluyendo lo que supone de reconstrucción de la imagen de un maestro que lograr verse ahora, como nunca antes.
Macondo en Santo Domingo, como catálogo, excede lo que se espera de un libro de arte circunscrito a la unión de talentos, a propósito de la iniciativa de Verónica Sención, una de las figuras más altas y representativas de la gestión literaria y cultura.
Un reconocimiento al Banco de Reservas, que vuelve a ratificar su compromiso con la cultura; un agradecimiento a las figuras que llegaron a país por parte de la Fundación Gabo, para ofrecer un calor especial al ambiente que ha creado con este proyecto multipropósito.