Reportajes
Una muchacha de servicio tenia la medicina como vocación y alcanzó su sueño
Luchar con fortaleza para lograr su sueño, hizo que una joven dominicana pasara de ser una muchacha de servicio doméstico, a ser una doctora en medicina.
Abigail Jean -escritora del libro “Le gané a la pobreza”- contó en televisión su historia de cómo salió de la extrema necesidad, una infancia con mucha escasez emocional y falta de bienestar social. Su vida es un ejemplo real de que la pobreza no es más poderosa que los sueños.
Sus padres se separaron y a los 7 años ya tenía que recorrer cerca de cuatro kilómetros con cubetas en su cabeza llenas de ropa mojada que ya había lavado por horas en un río cercano a su casa.
La convivencia con sus hermanos también fue difícil, ya que tenía que entregar el dinero que ganaba a estos, en sus reclamos para obtener recursos y pagar sus estudios, lo que recibía eran golpes según relató en un reportaje presentando en el programa de Nuria Piera. (Puede ver el vídeo más abajo)
Sus hermanos la sacaron de la casa y dejaron a Abigail en desamparo. Aquel día fue el peor de su vida, pero también lo describe como el inicio de todo lo mejor que le ha pasado. Y en aquel momento difícil, hizo un pacto con Dios para escribir un libro de autoayuda como testimonio de ayuda para otros, pidiendo a cambio que le diera las fuerzas para estudiar medicina.
La publicación sobre el lanzamiento de su libro se ha compartido más de 900 mil veces desde nuestro portal.
Y las cosas no fueron tan fáciles para ella, tuvo que trabajar en distintas casas de familia para sustentar sus gastos, mientras vivía con una señora de la iglesia la acogió en su hogar. Muchas personas le aconsejaron que la carrera de medicina era muy costosa para una persona de escasos recursos y decidió estudiar Lenguas Modernas, Administración de Empresas de las cuales hizo algunos cuatrimestres pero terminó retirándose de esas carreras.
Pero la medicina era su vocación y decidió inscribirse a estudiarla en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). En sus trabajos como doméstica, contó con permiso para estudiar por las noches, una de las casas donde le tocó trabajar fue donde la señora Mary Frances Attias, pero luego debió renunciar algunos donde no se lo permitieron.
Para tener recursos de comprar sus libros, prácticamente Abigail dejaba de comer o cocina harina de maíz para mantenerse sin hambre por más tiempo.
Todas esas dificultades le retaban a sobresalir y no se conformaba con bajas notas, y luchaba siempre por un mejor nivel y esto le llevó a graduarse con honores Cum Laude.
Trabaja en la emergencia del hospital Moscoso Puello –desde hace 8 meses- en la categoría de Pasante de Grado con una contratación honorifica, algo que no cualquier medico asume. Para poder subsistir trabaja por las noches en un Call Center, ya que domina tres idiomas.
Ha desarrollado la Fundación “Ser pobre no es un factor limitante” donde ayuda a niños de escasos recursos a desarrollar estrategias para lograr sus metas de superación a través del estudio. Abigail ve en cada dificultad una oportunidad de aprendizaje.
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