Cibao
Tinaja: reliquia del pasado
De nuestra niñez, siempre recordamos que en casa de mi abuela paterna doña Martha, había una tinaja.
Nosotros, disfrutábamos tomar el agua fresca y con un sabor especial de aquel recipiente.
No importaba la temperatura del ambiente, en su interior se conservaba la frescura natural y mas si era «agua lluvia».
Para ese tiempo, en 1979, si mal no recordamos; ya en casa de mis padres habían comprado una nevera Nedoca “fiá” -a crédito- por la que pagaba RD$15 pesos mensuales. Todos los días al llegar de la escuela, tenía que llevar un poco de hielo a casa de mi abuela, a unos 2 kilómetros de mi casa.
Ante el viaje y el sofocante calor, aprovechaba entonces para tomar -en un jarrito de aluminio- y saciar la sed, cosa que disfrutaba inmensamente. Ya no vemos tinajas, los refrigeradores las han relegado y solo en comunidades rurales se pueden observar como reliquia de un buen pasado.