Santo Domingo sin lugares de recreación

Ayer llevé a mi hija de cuatro años al Jardín Botánico, para que pasera en su monopatín. Al pararme en la boletería para pagar el acceso, sale del interior un agente de la Policía Nacional con un bate de béisbol plástico rosado en las manos (¿será una nueva arma policial?), le da un golpe a la patineta de mi hija y me dice que no se puede entrar al Jardín con eso.

Le dije que me parecía insólito, ya que es un lugar de paseo y me dijo que no se admiten, ni patinetas, ni patines, ni bicicletas, nada con ruedas. No se si efectivamente eso es así, y en caso de serlo, creo que los administradores o el ayuntamiento debieran considerar crear ciclovías en dicho lugar.

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Hay muy pocos lugares de recreación en Santo Domingo los fines de semana, por lo cual supongo que hay mucha gente dispuesta a pagar una entrada con tal de poder dar una vuelta en bicicleta o patines, en un lugar agradable y seguro.

Ante el impedimento de poder ingresar con una inofensiva patineta Barbie, opté por ir al Parque Mirador Sur donde están los juegos Las Canquiñas. En ese lugar hay un juego que es un puente con un resbalín, todo de madera y pintado de bonitos colores, el asunto es que ese juego (el más entretenido de todos para los niños que quieren correr), está permanentemente cerrado, ya que le han puesto dos rejas, una a la subida y otra a la bajada, para que los niños no jueguen ahí.

Siempre debajo de ese juego hay un Policía Nacional medio dormido o tumbado en una silla, que está para «vigilar» que ningún menor suba. Desde hace muchos meses que veo la misma escena y ayer me acerqué a preguntarle ¿porque el juego permanece cerrado?.

Me dijo que una soga que hace las veces de baranda está suelta…… le dije que me parecía increíble que ese fuera el motivo, pues el juego lleva como 8 meses cerrado y su respuesta fue que «en este país las cosas se hacen al paso». Me parece insólito que el ayuntamiento no repare eso, pero más insólito aún, que haya un miembro de la Policía Nacional con la misión de vigilar un juego fuera de servicio.

Ojalá que se creen nuevas instancias de recreación, no creo que sea algo complicado para un ayuntamiento, lo importante es tener la voluntad de hacerlo. Lo peor es continuar con la mentalidad de que las cosas hay que hacerlas «al paso», para los que aún no se han dado cuenta, hace casi una década que ya iniciamos el siglo XXI.

Orlando Barría
Fotógrafo

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