«Nuestra Señora de Punta Cana»: virgen de un emporio turístico

Entre palmeras, con azul de fondo, el mundo en las manos del niño Jesús y una nariz tan aguzada como la de su devoto ideólogo, la imagen de esta advocación de la Virgen no tiene aún ninguna leyenda o arraigo popular.

Compartimos esta imagen del mural de «Nuestra Señora de Punta Cana«, empotrada en la iglesia de esa zona, en el área la escuela internacional.

Si algún día tienen una visión de ella, no pase lo que sucede con la «aparición» de la imagen de la virgen en Salcedo y sepan cuál, de las por lo menos 70 advocaciones marianas de la Iglesia Católica, podría ser. Nuestra Señora de Punta Cana existe, aunque no se le ha aparecido a nadie todavía.

Eso nos explicó el sacerdote de la iglesia, a quien abordé después de un bautizo familiar. Explicó que una advocación se establece, crea o designa no sólo porque la virgen se haya aparecido, sino también porque una comunidad así lo pida (o como en este caso, el dueño de esa comunidad, Frank Rainieri, quien lo solicitó a Monseñor Benito de la Rosa y Carpio, según se nos informó).

Su historia se limita al hecho de que el visionario soñador, «cuasi emperador» de una región en la que hasta las casas de algunos de sus habitantes han sido convertidas en atractivos turísticos, pidió a un alto ministro de la iglesia Católica en el país que le concediera, creara, o asignara esta advocación.

Una virgen, aunque sólo fuera reconocida para su iglesia local, donde luce así de hermosa, confinada, frente a otro mural de la popular y venerada Virgen de La Altagracia, de la cual adjunto también la imagen.

¡Al parecer la competencia se extiende hasta el campo de la fe!

(La autora Daryelin Torres es periodista)

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