Mostrar la realidad no es amarillismo

Los párrafos siguientes coinciden con lo que pensábamos al ver una terrible noticia del sobrino que decapitó a su tío en Baitoa. En ocasiones obviamos publicar esas cosas, al igual como las imágenes del cadáver destrozado de un joven -al que conocí- al intentar cruzar la autopista Duarte en el kilómetro 13.

Siempre aparecen personas que descalifican el trabajo de muchos blogs cuando una publicación de este tipo, pero lamentablemente son situaciones que suceden.

Por Milagros Peréz Oliva/ElPais.com
En el ejercicio del periodismo se plantea con frecuencia un problema de límites, especialmente en el gráfico. ¿Hasta dónde es lícito llegar en la función de «mostrar» la realidad? ¿Cuándo una imagen está justificada y cuándo traspasa la raya del amarillismo, el morbo o el sensacionalismo?

Los dos ámbitos en los que la cuestión de los límites se plantea con mayor frecuencia, la violencia y el sexo, son precisamente aquellos en los que es más difícil establecerlos, pues tienen que ver con la sensibilidad.

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