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Evangélicos con cierta «ojeriza» contra Marcos Yaroide
Marcos Yaroide, quien fundara 1999, con Juan Carlos Rodríguez, el mejor dúo cristiano de baladas que se recuerde en el país: Tercer Cielo, ha tenido que enfrentar murallas, chismorreos y bloqueos desde su propia fe, donde es rechazado por los sectores más conservadores y fundamentalistas.
Los ataques en su contra -que antes estaban disimulados en el mundo de la iglesia- han salido a las redes y en algunas entrevistas de televisión, como ocurrió en el programa de Roberto Cavada, en Telesistema.
Con voz de registro único y cristiano de trayectoria limpia e inspirada capacidad compositiva, pese a las embestidas, Marcos Yaroide es ahora un líder indudable de la canción de fe.
Yaroide ha tenido que «pelear en silencio» y en muchos frentes, la mayor parte desde el seno del sector conservador y tradicional de su propia iglesia, que dogmáticamente rechaza su cultivo de la balada pop, así como su vestuario a la moda al tono de la juventud de hoy.
La resistencia interna que ha enfrentado -la peor de todas- este buen cristiano y mejor artista, tiene episodios que nunca habrán de ser contados, y a los que ha respondido con altura y coherencia con su labor pastoral e interpretativa.
Le critican casi todo: su forma de vestir (indudablemente moderna), sus cortes de pelo, le cuestionan su pastorazgo de la Iglesia Cielos Abiertos, y hasta duda arrojan sobre el manejo de fondos de su templo.
El solo se ha limitado, a predicar mediante su canto y su palabra, a manejarse con apego a las escrituras y a supervisar con detalle el manejo de los fondos de su iglesia.
Los fondos generados en su reciente concierto «Luz en las Tinieblas», no han sido para su beneficio personal. Todo se ha dedicado a la obra pastoral que gerencia.
Dotado de una imagen juvenil -pese a sus 40 años- abierto a los nuevos tiempos que llaman a evangelizar en el código actual y moderno, Marcos Yaroide, es además un profesional de la música y la composición, que de haberse dedicado a la canción popular internacional, montado en la singular u caracterizada voz de acento metálico, seria individualmente millonario.
Pero ha preferido el camino estrecho, ese que no comprenden ni asimilan los sectores evangélicos más arbitrariamente apegados a la tradición.