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Concierto sinfónico inicia programación nuevo Ministerio de Cultura
La Orquesta Sinfónica Juan Pablo Duarte entregó lo mejor de su repertorio durante un concierto ofrecido en la apertura del año escolar de las Escuelas de Bellas Artes, ante una gran concurrencia de público al auditorio Enriquillo Sánchez; que fue encabezada por el ministro de Cultura, José Antonio Rodríguez.
El concierto inició la programación de las nuevas autoridades del Ministerio de Cultura, además tuvo la presentación del Coro del Conservatorio Nacional de Música, bajo la dirección de la profesora Iluminada Jiménez.
La Orquesta fue dirigida por el maestro Dante Cucurullo y el repertorio sinfónico estuvo compuesto por los temas “Capricho italiano”, de Tchaikovsky, “Concierto para Saxofón y orquesta en Mi Mayor”, de Bienvenido Bustamante: a) Allegro moderato, b) Lento y c) Moderato. (Más detalles aquí)
Contó con la participación del solista Alexander Vásquez Aquino y Danza de los Sables, Fortuna (del Carmina Burana). Esta última pieza fue interpretada dos veces debido a la gran cantidad de aplausos que recibió.
Las Escuelas de Bellas Artes cuentan con 3,442 alumnos en música, 500 en Teatro, 1523 en Artes Visuales y 543 en Danza, para un total de 6016, informó el Viceministerio de Creatividad y Participación Popular de la institución.
La Orquesta Sinfónica Juan Pablo Duarte fue creada en octubre de 1993. Está integrada por 60 estudiantes del Conservatorio Nacional de Música, cuyo actual director es el Maestro Dante Cucurullo. Se ha presentado en los principales auditorios del país, así como en el Palacio Nacional, y en la ciudad de New York.
El cantautor José Antonio Rodríguez dijo “El Ministerio de Cultura es un actor estratégico de primer orden, por supuesto, asumo que esa condición la reconocemos sin ninguna dificultad, pero el reto, lo que importa, es como serlo sin fracasar en el intento”.
Expresó además “aquí y ahora se inicia una nueva etapa en el Ministerio de Cultura con una visión de nuestro trabajo centrada en la gente, en el ciudadano de a pie que para nosotros es, sin lugar a dudas, el punto de partida y de llegada de la acción cultural como proceso emancipatorio”.
Aclaró que no propone una identificación populista o demagógica sobre la acción cultural, y que no plantea una identificación absoluta entre el gestor y/o animador cultural a las personas con las cuales se trabaja.
Finalmente, concluyó su discurso diciendo “Por eso les pido que, si no a mí, al que soy ahora, al menos tiéndanle las manos de la solidaridad y la cooperación a ese muchacho larguirucho y flaco, que hace treinta y tantos años llegó con una guitarra al hombro y una mochila cargada de sueños… y contribuyan a que componga su mejor canción, muchas gracias”.