OpinanDO
Aquellos días en que jugábamos a ser felices
Para el reportero Carlos Mejía, la memoria de su niñez esta fresca y rememora «aquellos días» en los que con tanta inocencia los niños y niñas jugábamos sin importar que y no existía la llamada «diversidad».
A continuación reproducimos el texto de Mejía donde cuenta bellos recuerdos de su barrio San Carlos.
Eran aquellos días…
En qué jugábamos a ser feliz, a la amistad, a la inocencia.
Eran aquellos días…
Sin temores, sin caprichos, y conciencias.
Eran aquellos días…
Del vecino, del «chau chau», del plato de comida por la ventana (pasado al vecino), de esperar la lluvia. (para bañarse en el aguacero)
Eran aquellos días…
De ilusiones, de la nada, de jugar al «topao», a «la gallinita ciega», a «manos calientes».
Eran aquellos días…
En San Carlos, en la cancha de la Chile, los 21 del basket, de jugar pelota a la mano «pelá».
Eran aquellos días…
De la plaquita, del «sun sun de la Carabela», y el que miraba para atrás le daban una pela.
Eran aquellos días…
Que ya no vienen, que se quedaron en el recuerdo, entre Kimon, José Miguel, Raulin, Carlitos, Jaimito, el Socio, el Gordo, la Cabra, el Ovejo, el Buey que más jala, Pepe, José Metralla, Quico «el Jikiu» (GQ), entre otros.
Eran aquellos días…
Que no vendrán, y que mueren en el pasado, pero que habita en nuestros pensamientos…