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Viuda arquitecto con tres hijos e incapacitada para trabajar
“¿Tú crees en los milagros?”, le preguntó la esposa del arquitecto David Rodríguez el día 30 de enero del 2013, justo en la víspera de que participara en un concurso para ganar la asignación de la construcción de una escuela en Peralvillo, Monte Plata.
Ahogada en sollozos, Pilar -ahora viuda Rodríguez- recuerda que su esposo le respondió: “Sí, creo en los milagros Y ella le dijo que él ganaría la obra. Al día siguiente, la llamó para decirle que, efectivamente, había ganado el concurso.
La mujer no para de llorar cuando expresa lo lejos que tenía que aquella obra, que parecía una bendición, le traería la muerte a su pareja y la orfandad a sus tres hijos. Recuerda numerosas situaciones que el arquitecto debió enfrentar luego de que asumiera la obra. Afirman que la mayoría de los empleados que trabajaron en la construcción no fueron contratados por él, si no por los supervisores. Estos recibían el dinero, pagaban y cuadraban de acuerdo a su criterio. [Ver más detalles]