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Las 5 estrellas del «Generalísimo»,
¿un símbolo a destruir o un recuerdo histórico de lo que nunca debe volver a pasar?
Trujillo marcó este país por los cuatro costados.
Tal era la egolatría que se llegó a auto- designar como «generalísimo de 5 Estrellas» sin jamás haber comandado una batalla.
Cuando la dictadura fue derrocada a golpe de sangre y fuego, tal y como debía ocurrir a un asesino inmisericorde, mucha gente se avalanzó sobre los edificios y símbolos de la dictadura para destuirlos, tratando de expresar su rechazo a ese pasado. Fue un error. Se perdieron documentos, símbolos, edificios, estatuas y aquitectura que podían haber servido de referente histórico de lo que nunca más debía volver a pasar.
El que están mirando ahora es el único escudo que queda en el paìs en un edificio público con las cinco estrellas del generalísimo, conservado así por instrucciones del presidente de la Dirección General de Control de Drogas, el general Rafael Ramírez Ferreira, quien además de militar es un intelectual y un pensador a fondo en la panorámica domincana.
El escudo queda en un cuartel en La Cumbre, estratégicamente ubicado de forma y manera que – al menos durante la dictadura trujillista- era obligatorio pasar por allí para hacer el recorrido entre la capital y Santiago y viceversa.
Todo el que pasaba por «La Cumbre» tenía que ser identificado, por eso este era el frontal del cuartel. «Soy fulano de tal, de la capital para Santiago», todos tenían que hacer lo mismo. Era una forma de la dictadura del control de la población y sus recursos.
En la remodelación del antiguo cuartel de la Cumbre, Bonao y que ahora es la Unidad Canina (K9) de la Dirección Nacional de Control de Drogas, DNCD, fue dejado intacto ese arquitectura «para que vean como era ese lugar histórico, un lugar con muchas historias de la tiranía».
La explicación del director de la DNCD, Rafael Ramírez Ferreiras, al pie de la antigua carretera Duarte, nos transportó imaginariamente a la época trujillista. «Fíjense el escudo, original de esta estructura, es bueno que sepan la historia quienes vengan aquí. No podemos querer borrar la historia y que futuras generaciones no sepan lo que nosotros pasamos, para que tengan como símbolo de lo que nunca jamás debe volver a pasar en nuestro país. En el lugar también hay un altar, con la imagen de la Virgen de la Altagracia que también debería ser rescatado. Más fotos aquí…