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Bebida fácil, medida difícil
Por Raphy D Óleo
El decreto que prohíbe, y no que regulariza, el expendio de bebidas alcohólicas en lugares de diversión celebro su primer cumpleaños. De todos los argumentos que la defienden, el único válido es de las madres por la tranquilidad que les representa, pero piensan equivocadamente que el buen comportamiento de sus hijos está en regresar a casa temprano. Craso error. Si la educación hogareña no hizo su trabajo, el gobierno no puede corregir ese entuerto con medidas contra la diversión. Ahí esta el detalle.
En un país donde el comercio informal es la norma, la cantidad de personas que se mueven alrededor de este lo convierte en un medio de sustento de una gran cantidad de familias, y en el modus vivendi-operandi de gente que nunca se incorporaría a otro tipo de trabajo por ineptitud o por desidia. Algunos solo necesitan un empujón para ducharse en las tentadoras aguas de la delincuencia.
Este primer año de confetis y serpentinas para unos y pañuelos y lágrimas para otros, debe ser aprovechado por las autoridades para corregir males que tiene la industria de la música:
1-Lugares de diversión sin soluciones de emergencia
2-Trato preferencial a locales cerrados
3-Mayor drasticidad a los que conducen bajo efectos del alcohol
4-Diferentes horarios para cada actividad de recreación.
Todo lo otro esta demás porque a nadie se le puede prohibir el esparcimiento. Esta comprobado que la delincuencia no sube porque “el romo” baje. Los atracos diurnos son mayores que los chupes nocturnos. Nunca se ha visto a un asaltante ebrio porque su naturaleza es ser atracador sobrio. Lo que se va a conseguir es una flexibilización de los horarios. De manera que siga la MEDIDA DIFICIL pero hagamos LA BEBIDA FACIL.